Este sí que sí!! sin pensármelo dos veces, es mi jabón favorito (y el que más gusta entre la gente que usa mis jabones). No sólo por la vistosidad de sus colores, sino por la manera tan maravillosa con la cuida de la piel.
Es un jabón facial, indicado para pieles mixtas, grasas, o con granitos. No lleva colorantes ni aromas, sólo tres tipos de arcillas diferentes que hacen que tenga ese colorido y que sea uno de los mejores jabones que he probado jamás.
En su composición lleva, entre otros, Aceite de Jojoba y de Avellana, que son indicados para este tipo de pieles ya que regulan la secreción de sebo y a su vez hidratan y nutren sin dejar una una sensación grasa. Ayudan también a regenerar los tejidos, manteniendo la elasticidad y flexibilidad de los mismos.
Y gracias a las arcillas que lo componen, elimina las impurezas y deja la piel limpia, sin sensación de tirantez, mate, iluminada y suave.
Puede usarse a diario, ya que no reseca la piel, incluso es bueno para usarlo como desmaquillante. A mí me gusta hacer mucha espuma con él y aplicármela en la cara, dejándola actuar un ratito, (como si fuese una mascarilla espumosa) y después aclararme.
Ha pasado por diferentes versiones desde que lo empecé a elaborar... Primero era un jabón bastante rústico, en el que apenas se diferenciaban los tres tipos de arcillas.
Después empecé a utilizar la técnica del embudo para darle otro aspecto. En la primera foto se ve el jabón aún en el molde y en la segunda las pastillas ya cortadas.
Y la última tanda la he realizado con la técnica del column swirl, dejándole esos dibujos que tiene en esta última foto.
Espero que os guste tanto como a mí!! :)
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